lunes, 7 de julio de 2014

[You was my best friend]

Hola, hoy les traigo este pequeño relato, que ya hace varios meses por no decir años escribí. 
Espero que les guste. Besos.
Para una de mis mejores amigas.

¡Porque vamos, tenía que escribirlo!

Esto tenía que ser escrito y contado, no como un cuento chino, si no como algo real.
Te quiero con todo mi corazón, amiga.
 
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Kandace & Lee


Era verano y eran días calurosos, había terminado el verano y la escuela comenzaba de nuevo atrayendo a nuevos estudiantes a las viejas aulas de las escuelas, las mañanas empezaban con las voces de presentaciones de los jóvenes ante los demás, con los maestros hablando sobre tareas y con los sonidos de las campanas anunciando el término de las clases. 
Los días pasaban y las amistades comenzaban a formarse dentro de aquellas grises paredes, se formaban grupos de amigos que después se desmoronarían para formar otros grupos, Kandace y Lee formaban parte de esos grupos.  Eran dos jóvenes que desde el principio se habían sentido atraídos y al pasar de los meses una simple y tierna amistad comenzaba a formarse a partir de las sonrisas y saludos que se dirigían al comienzo del día. Largas conversaciones, risas y bromas eran compartidas entre ellos y los amigos por quienes se rodeaban, pero algo ocurría, todo el mundo parecía darse cuenta que algo sucedía entre ellos, todo el mundo parecía burlarse y hablar sobre lo obvio que parecían las cosas, todo era obvio para todos, excepto para ellos. Para ellos era una simple amistad, pero que sin embargo traspasaba esa delgada línea entre la amistad y el amor en sus respectivos corazones.
Ambos eran ciegos y tenían los mismos temores: dejar atrás la amistad tan cercana que mantenían para dejarse caer en las profundidades de los sentimientos que conllevaba el amor, que eran mucho más profundos que los de amistad. Todos podían observar esa pequeña chispa que se encendía en los oscuros ojos de Kandace al hablar Lee y no pasaba desapercibida la sonrisa risueña que se plasmaba en el rostro de él al escuchar hablar sobre ella, había tanta evidencia que algo sucedía entre ellos, pero ellos negaban rotundamente cualquier otro sentimiento que no fuera amistad.
Podías escuchar a Kandace hablar algunas veces sobre traspasar esa ligera línea de la amistad, podías mirarla y saber que le hacía ilusión traspasar esa simple palabra que definía su relación con Lee para convertirla en otra, su rostro se iluminaba, pero poco después al darse cuenta de lo que decía lo negaba, negaba haber dicho alguna vez eso y negaba cualquier sentimiento amoroso que podría tener por Lee. Lo mismo solía ocurrir con él, podías hablar con él libremente de cualquier tema, podías indagar sobre el tema pero nunca lo suficiente para saber lo que sentía realmente.
Pasaron los días y la amistad parecía marchitarse poco a poco, envueltos en burlas y pullas típicos de la edad que no hacían nada más que parecer distanciarlos, poniéndoles metros de separación entre los dos, cartas y palabras no leídas ni escuchadas los separaron aún más. Kandace decía no importarle, pero había palabras intercambiadas con sus amigas que claramente señalaba lo dolida que estaba por lo que ocurría, es más aún difícil comprender aún hombre, pues los hombres no tienden a decir lo que sienten y menos aún él que se rodeaba de chicos que parecían encontrar burla en cualquier cosa.
Las cosas no mejoraban y la distancia parecía agrandarse, atrás quedaron las risas y largas conversaciones que intercambiaban que simplemente  pasaron a convertirse en saludos y cortas despedidas incómodas, sin embargo las personas sabían que aún ahí había algo a pesar de las gruesas paredes de indiferencia que parecían mostrar ellos, aún ahí había algo que parecía negarse a nacer y crecer. Sólo un día en invierno una diminuta muestra de afecto se negó a encerrarse dentro de Kandace, una minúscula muestra de afecto que sentía apareció. Un pequeño beso en la mejilla. Tan sólo eso, una ligera y corta presión de los labios de ella en la blanca mejilla de él de tan solo unos pocos segundos que continuo con una incómoda despedida después, cualquiera hubiera olvidado aquello, cualquier otra persona no habría guardado tan atentamente esa acción dentro de sus recuerdos, sólo ella, un gesto inocente y simple que para Kandace significaba tanto, una muestra que le regalaba a Lee de lo que sentía.
Pero no fue suficiente.

El tiempo pasó aún más y todo pareció tranquilizarse, el público parecía haber olvidado el asunto, a excepción de ellos, que continuaban buscándose con la mirada dentro de aquellas grises paredes y entre la multitud que los rodeaba. Miradas que nunca se encontraban, pero que no pasaban desapercibidas por las amistades de Kandace que aún ansiaban ver que floreciera de nuevo aquella vieja amistad que tanto parecía atraer a la multitud. Todos ansiaban ver de nuevo esa amistad para después verla convertirse en algo más. Pero los jóvenes se negaban a ceder, por miedo quizás al rechazo o miedo al qué dirán, pero aquella amistad que se había formado parecía no volver a ser la misma, los sentimientos parecían estar ahí listos para ser expresados, pero nunca admitidos en voz alta, se hacían presentes pero nunca de la forma correcta.
Pero nunca fue suficiente. El tiempo seguía su curso y los años ya habían pasado, dos años de amistad y uno de incómodos silencios, los exámenes llegaban, eran llenados y después entregados, calificaciones impresas y diplomas en mano, todo parecía seguir su propio destino.
La vida siguió y los sentimientos quedaron sepultados bajo las grandes capas de indiferencia, de temor y tiempo. Nada volvió a ser lo mismo, pero los recuerdos de la amistad y los pequeños momentos seguían guardados recelosamente dentro de sus respectivos corazones. 

martes, 10 de junio de 2014

Problemas con mis escritos y libros

Hoy vengo con más de mi diarrea textual, por ahí mientras miraba blogs con celos por que no he podido comprar nuevos libros para reseñar, me mata no tener dinero para comprar libros :( vivir en un país donde es más caro un libro que una botella de alcohol no es fácil. Algunas veces dejó de comprar un libro por lo caro que me resulta, además he entrado en ese maldito círculo de la vida en el que tienes que trabajar pero no te contratan por no tener experiencia pero ¡¿Cómo quieren que tengamos experiencia si no nos dan trabajo?! No tienen ni idea de mi nivel de frustración que esto  que estoy experimentando y para rematar no tengo nada nuevo que leer. :(

Pff... Olvidando lo anterior quiero contar que he estado escribiendo una nueva historia, aunque no sé cuanto me durará la fascinación por esta, ya que nunca logro acabar una historia completa por más que me esfuerce, siempre he pensado que para escribir un libro tienes tres puntos: el punto A, el B y el C. ¿Mi problema? Tener los puntos A y C pero tener problemas para conectar esos puntos con el B, osea resumido: tengo el inicio y el final pero nunca logro completarlas por que me falta el desarrollo, soy una escritora muy dispersa, como no tienen idea, tengo mil hojas y mil escritos regados por todas partes y todas de distintas historias sin terminar. Soy un caos en cuanto se trata de escribir, pero suelo ser una persona muy ordenada en la vida real. Pero de regreso al tema original, (¿lo ven? Diarrea textual) la historia en la que me desveló escribiendo hasta que dejo mi cerebro seco es algo así como distopíca esta es mi segunda historia que habla de este tema, y espero como nunca poder terminar esta y la otra que he estado escribiendo, tengo esperanzas de terminar esta, me gusta mucho como esta quedando, pero no creo haber terminado el primer capítulo pero tengo varios que pienso colocar en el desarrollo y sé donde colocarlos, el final más o menos lo tengo claro, pero no sé que sucederá, así que deseenme suerte para que termine esto.

Besos.